El Padre Miguel debe enfrentar la decisión más difícil de su vida, dejar de lado a su familia y su labor en la parroquia para irse a Río Bueno por orden de su congregación y evitar que la prensa siga hablando sobre las acusaciones de abuso sexual que hay en su contra. Antes de que se vaya, Clara le pregunta directamente si alguna vez abusó de Ignacio y el Padre responde tajantemente que no.