María lee en una revista donde se anuncia el servicio de hombres para dar picones a los novios llamado Celos a domicilio. Albertano intenta convencerse de que no quiere compromiso para la Navidad. Betza acompaña a Don Carmelito al seguro popular para recoger los resultados de sus estudios. Ahí se encuentran a Doña Lucha, quien se ofrece a inyectar después a Carmelito. María checa los paquetes que ofrece Celos a domicilio y para su economía, le ofrecen a Don Jaime, un señor ya grande, pero no le queda de otra que aceptar. El Chino y Rosa Aurora llenan el perfil de Albertano en internet para que se consiga amigas cariñosas. El encargado de Celos a domicilio se disculpa con María, ya que Don Jaime tuvo un accidente y le dice que él mismo la atenderá, por lo que le pide que le cuente todo sobre Albertano. Betza y El Macaco hablan sobre la incopatibilidad de signos de María y Albertano. Don Carmelito despierta de su siesta y malentiende que tiene cáncer y María lo quiere picar para evitarle una muerte lenta. Marcus le dedica un poema a María en frente de los vecinos de la vecindad, Albertano también escucha y se sube corriendo a su cuarto. La parejita se besa entusiasmada. Más tarde, se ponen fuera del cuarto de Albertano y Marcus le intenta ayudar a encender el boiler a María. Albertano está que se lo lleva la china poblana. Don Carmelito se pone histérico pensando que Betza y El Macaco quieren matarlo, intenta huir, pero en eso llega Doña Lucha con una jeringa enorme. Después de ver su perfil, cuatro chicas llegan con Albertano, quien finge ante María que son sus primas. Ambos se reclaman mutuamente y María le asegura que su nuevo novio la llevará al altar. El Chino molesta a Albertano con lo de María, él le asegura que María es su catedral y llora porque la perdió y va a casarse con otro. El Chino le aconseja que le demuestre su amor para que regrese con él. Albertano jura para sí mismo que reconquistará a María.