El presunto avistamiento de un ovni en Roswell, Nuevo México, en el verano de 1947, ha sido uno de los secretos mejor guardados por las autoridades norteamericanas. Una vez lanzada la carrera armamentística con la URSS, el ejército habría experimentado en la zona con un gran número de artefactos: Globos con aparatos de escucha secretos para detectar explosiones nucleares en Rusia, sondas y cohetes similares a "platillos voladores"