Alexia intenta justificar ante Fernando su negativa actitud respecto al problema de la pequeña Lucía. Pero, esa misma noche, recibe en sueños una visita del pasado que le resulta muy preocupante. Para librarse de sus obsesiones, idea un plan que involucra al retrato de Olga, la primera esposa de Fernando. Ana sigue soportando el trato vejatorio de la ejecutiva por cariño a los niños. Sin embargo, gracias a una argucia de David conseguirá librarse de una de las imposiciones más humillantes. Mientras, Bruno y Sharon dan un importante paso adelante en su relación.