Después de la noche loca que se vivió en casa de los Hidalgo, Fernando no recuerda casi nada de lo sucedido. Sin embargo, Ana aún guarda el curioso regalo que le hizo Fernando y que despierta la imaginación de los pequeños de la familia. De repente, un detalle insignificante provoca que el banquero recuerde las importantes palabras que pronunció frente a la niñera. La consecuencia es que entre Ana y Fernando se produce al fin un encuentro que será decisivo en sus vidas.