Pesadilla en la cocina vuelve con un caótico restaurante griego de nombre pakistaní, decoración persa y platos del mediterráneo. Un negocio con un dueño que apenas pasa tiempo en el restaurante, un director demasiado joven y un protagonista absoluto: Martínez, el indomable jefe de cocina que maneja el local como si fuera su propio imperio y que tiene atemorizada a toda la plantilla. Así es el Sukur, el restaurante que visita esta semana Pesadilla en la cocina y al que Alberto Chicote tendrá que hacer frente armado de la mayor de las paciencias y tesón posibles. Un desafío de los más complejos de la temporada, que requerirá de las mejores dotes de cocinero, profesional, amigo y psicólogo del chef. Situado en el cosmopolita barrio gótico de Barcelona, el Sukur gozó en su momento de cierta tradición en la capital catalana. Hace varios años pasó a manos de un nuevo dueño, debido a otras actividades laborales, apenas pasa por el restaurante.