Chicote viaja hasta Barcelona para ayudar a un restaurante mexicano propiedad de tres socios que no se llevan especialmente bien. El mal ambiente y la falta de entendimiento entre ellos han convertido al restaurante en una ruina. Cristina y Roberto discuten, porque el socio la contesta delante de un cliente. La propietaria lo arregla con un “a tomar por culo” y con dos tequilas. Después, se mete en la cocina para pedir un taco para que le arregle el cuerpo. Al resto de los trabajadores les sorprende, a Chicote y los clientes también “me he tomado dos tequilas y voy con un pedo que te cagas”, confiesa.