Han elegido a Lucía para hacerle un reportaje en una revista sobre la familia. Para ello es imprescindible que salga ella y su familia. Pero como Lucía no quiere presentar a Carlos como su hijo, decide buscarse un sustituto. Y el elegido es Pistolas. El líder de la casa okupa, un auténtico antisistema, se ve obligado a interpretar el papel de hijo modélico de la Piqueras. Mario sospecha que Nancy engaña a Pistolas. En el papel de detective, decide seguirla y descubre que es de familia rica y que su padre le está pagando un máster. Mario decide guardarle el secreto a Nancy, pero su silencio no va a ser gratis.