Galba acaba de perder a su primogénito, Fabio. Ahora su único heredero, el pequeño Cayo, está en poder de su peor enemigo, Quinto. Galba tiene que recuperar al niño sea como sea y para conseguirlo tendrá que llegar hasta la única persona en toda Roma con poder para devolvérselo: el Tribuno de la Plebe; y que mejor forma de hacerlo que ganarse a su hombre de confianza, Sila. Galba no dudará en utilizar a su propia hermana, Cordelia, o poner en peligro la vida de Marco para obtener el favor de Sila. Pero quizá no todo salga según lo previsto y el Sulpicio se enfrente a algo con lo que no contaba. Hay un traidor entre los suyos. Quinto se adelanta a todos sus movimientos. Quizá sea el momento de hacer creer a Galba que el enemigo tiene nombre de mujer… Cora.