La Corona de Aragón nace en el siglo XII, fruto de un matrimonio que une el reino de Aragón y el condado de Barcelona. En la centuria siguiente incorpora a sus dominios las Baleares y Valencia, para luego adueñarse de Sicília, Cerdeña, Nápoles... Éstos son los pilares de un imperio marítimo que debe defenderse frente a las apetencias de Francia, y que se tambalea en el siglo XV, cuando Catalunya se desgarra con los enfrentamientos entre señores y campesinos, menestrales y patricios, nobleza y monarquía.