En 1929, el llamado “crack” de Wall Street sacude al capitalismo y genera una gran crisis económica en el mundo. Durante esta década, el Estado cumple, por primera vez, un papel regulador ante la situación generada por la crisis, y comprueba su capacidad de influir en la economía a través de medidas concretas que favorecen a un sector de la sociedad. En la Argentina, la clase alta no logra construir un partido conservador con verdadero apoyo popular, pero consolida una alianza con la Iglesia y el Ejército, dos actores que pasarán al primer plano en la escena política nacional.