El sexo es una de las cosas más poderosas que hacemos, no solo nos permite proyectar nuestro ADN hacia la eternidad sino que crea vínculos entre las personas y todo tipo de responsabilidades. Puede ser agotador y por ello todas las sociedades han desarrollado diversos tabues y rituales para controlarlo, pero detrás de cada tabu hay un deseo y es ese deseo sexual el que nos hace avalanzarnos hacia lo prohibido.