Una coincidencia hallada en varios casquillos de bala encontrados en la sierra madrileña de Guadarrama, donde Javier Durán realizaba prácticas de tiro, lleva a la inspectora jefe y al experto psicólogo a analizar un caso criminal anterior al de Durán: el de José Mª Castro, un administrativo que mató a dos mujeres que trabajaban en su empresa y luego se suicidó. A medida que avanza la investigación del caso, el equipo de la Brigada de Homicidios descubre el lugar en el que El Cazador entra en contacto con sus potenciales víctimas: los grupos de terapia. Paralelamente, Eva y Sóller trabajan estrechamente para detener a un peligroso violador y asesino en serie cuyas víctimas son jóvenes invidentes. Salvar la vida de la última mujer que ha caído en manos del homicida constituirá la máxima prioridad de ambos.