El consumo del PCB para construir edificios y en otros muchos usos domésticos, principalmente como aislante del fuego, hizo que se hallase acumulado, al igual que el DDT, en muchos animales y humanos. En los años 70 se prohibió en EEUU porque se temía los efectos que pudieran tener a largo plazo. De hecho se asocia a bajos coeficientes de inteligencia. En 2003 muchos países acordaron prohibirlo, junto con otras sustancias. Pero el que está acumulado no se elimina, incluso se sigue transmitiendo a los hijos.