Con las tres partes del mapa en su poder, Bocanegra decide partir -acompañado por Mondego, Carmen, Esteban y Puñales- hacia el lugar en el que poder descifrar la ubicación exacta del legendario tesoro de Yáñez el Sanguinario. Antes de iniciar la operación, dará orden a uno de sus colaboradores de que elimine uno a uno al resto de los miembros de la tripulación que permanecerán en el campamento. El capitán pirata liderará la expedición hacia una ermita en la que se encuentra la Cruz de San Lázaro, capaz de proyectar sobre el mapa un rayo de luz solar que a una determinada hora del día señalará el punto exacto en el que el viejo Yáñez ocultó el tesoro. A su llegada, descubrirán que la cruz ha sido trasladada a un monasterio que acoge a los enfermos de lepra en la región. Sólo un milagro les permitiría hacerse con el crucifijo. En el campamento, Antón, que ha decidido quedarse con el objetivo de acabar con la vida de Fosco y vengar así la muerte de su padre, descubre la existencia de un traidor entre la tripulación. Sin la protección de Mondego y Esteban, la vida del joven correrá un serio peligro. Mientras tanto, en la Fortaleza, Victoria, presa de los celos tras presenciar como el capitán Malvar se ha declarado a doña Blanca, pone en marcha un particular plan de venganza de impredecibles consecuencias para ambos.