En este primer día, ya enfrentan el hambre y la falta de alojamiento: intercambian chupa chups, pendientes artesanales y hasta pañuelos por unos euros, mientras introducen una caótica ruleta de ventajas que les da desde noches de hotel gratis hasta la pérdida de todo su dinero. Tras regateos cómicos y una cena precaria (pan, jamón y queso obtenidos por trueque), deciden dormir en el aeropuerto para evitar pasar la noche en la calle. El episodio mezcla el humor absurdo del trío con momentos de ingenio desesperado, mostrando las dificultades de vivir sin un céntimo mientras mantienen su complicidad. ¿Lograrán adaptarse a esta vida "rata" o el desafío los superará?