Batiste irrumpe en su barraca, donde Pepeta cose junto a Teresa. Cuenta lo sucedido y pide a Pepeta que se vaya, puesto que él puede haber matado a Pimentó; Pepeta se aleja entre sollozos. Batiste reúne a todos, ahora tendrán que vivir dentro de la barraca, tienen que cuidarse de la furia de los vecinos. Pepeta en Valencia confía sus penas a Rosario, la prostituta, pero ésta insiste en que la actitud de Pimentó fue justa. Pepeta se va enfadada, y al llegar a la huerta encuentra a Teresa, que la esta esperando para hablar y salvar la amistad que las une. A la barraca llegan Joaquín y los dos hijos de Batiste, pues el maestro prefiere que no vayan a la escuela, pero que sigan vivos.