Pepeta, la mujer de Pimentó, va diariamente a Valencia con su vaca a vender leche fresca. En el barrio de los burdeles encuentra a Rosario, la hija mayor del tio Barret, convertida, como sus hermanas, en una prostituta. Al regresar a la huerta, ve asombrada que llega un carro cargado de muebles a la barraca de Barret : son Batiste, su mujer Teresa y sus cuatro hijos. La barraca va a ser ocupada. La noticia corre como la pólvora, mientras Batiste y su familia queman la cizaña, reparan la barraca, lavan y pintan. Los vecinos los contemplan agresivos, silenciosos; los amigos de Pimentó se reunen, murmuran, conspiran, preparan su ataque. Batiste comienza a sentir la hostilidad que le rodea.