Graciela Hammer estaba casada pero pronto se encontró un amante, amigo de su segundo marido. Al tiempo este hombre se convirtió en su esposo... pero los tiempos lindos no duraron. Él empezó a pegarle a su esposa. Un día, sin que él lo supiera, contrató un seguro de vida, falsificando la firma de su marido. Si él moría, ella cobraría cien mil pesos. El 8 de junio de 1998 el hombre fue encontrado carbonizado en el asiento trasero de su Fiat 600. Tenía el cráneo roto. Ella era muy delgada y nunca se explicó cómo logró llevar al hombre al asiento de atrás.