Con Antonio Resines, un host de auténtico lujo, a la batuta, el "temido" directo no dio problemas a los actores. La primera de las míticas tradiciones del SNL norteamericano es el sketch inicial para acabar anunciando alto y claro que estamos en el ¡Saturday Night Live! Tras ello, llegó la hora del monólogo de la estrella invitada que quiso hacernos ver el nerviosismo que traía encima... y más tras sus catorce redbulls.