El TALGO bate los 200 kilómetros por hora y un joven deportista español parece subir con la misma velocidad. El tenista Manolo Santana, que ya había ganado los torneos de Roland Garros en 1961 y 1964, se convierte en el único español en vencer sobre la hierba de Wimbledon. La final es contra el estadounidense Dennis Ralstom, y el resultado es 6-4 11-9 6-4. Durante 40 años, hasta la irrupción de Rafael Nadal, ningún otro tenista español logrará llegar a la final de este título del Grand Slam.