En 1916, mientras Europa se encontraba en plena Primera Guerra Mundial y España disfrutaba de las ventajas de ser un país neutral, al erotismo se le llamó voluptuosidad y el senador duque de Daroca, a pesar de su ancestral linaje, se enamoró por completo de un célebre cantante de cabaret. Rosario "La Criollita", que fue un escándalo. En ese momento, se dudaba que las mujeres decentes tuvieran piernas -pero este misterio se resolvió una década después, cuando llegaron los locos años veinte y, con ellos, la sensual Lupe Cardoso.
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